Biomason, la compañía con sede en Carolina del Norte, cofundada por la directora ejecutiva Ginger Krieg Dosier y su socio Michael Dosier, es revolucionaria en su campo.
«Cultiva» cemento sostenible mediante el empleo de microorganismos, al igual que los arrecifes de coral se forman en entornos marinos. «Un regate se mezcla con nuestros microorganismos, se le da forma y se alimenta con una solución acuosa hasta que se endurece según las especificaciones», explica Krieg Dosier.
«El proceso de BioMason permite que los materiales se formen a temperatura ambiente al reemplazar el proceso de curado con la formación de cemento estructural controlado biológicamente». La compañía también está investigando biocemento marino con la capacidad de autorrepararse.
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El cemento Portland habitual es un material hidratado de calcio-silicato que originalmente proviene de la liberación de carbono de la piedra caliza. El biocemento de Biomason, con sede en Carolina del Norte, es una inversión de este proceso, donde el carbono y el calcio se combinan para producir un material de piedra caliza formado biológicamente. Esto significa que no se requieren altas temperaturas y combustibles fósiles en su proceso, y sus materiales utilizan carbono como bloque de construcción.
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Mientras que el hormigón tradicional puede tardar hasta 28 días, el biocemento Biomason alcanza su resistencia final en menos de 72 horas de crecimiento. El material final consiste en aproximadamente un 85% de granito de fuentes recicladas y un 15% de piedra caliza cultivada biológicamente. ¡Están cultivando piedra natural en menos de 3 días!
Por lo tanto, por cada kilogramo de biocemento utilizado en lugar de cemento portland, eliminan un kilogramo de CO₂ liberado al medio ambiente de la producción de concreto.
Capitalizar los procesos naturales
Biomason utiliza microorganismos naturales para "cultivar" biocemento, similar a la forma en que se forman los arrecifes de coral. La arena se coloca en formas o mohos a los que se agregan bacterias. La bacteria se alimenta con calcio y otros nutrientes necesarios, lo que le permite producir un carbonato de calcio entre los granos de arena, uniéndolos todos.
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La arena, las bacterias y los nutrientes permiten a bioMason cultivar ladrillos.
Todo este proceso se completa a temperatura ambiente, sin necesidad del alto calor requerido con la fabricación tradicional de mampostería, un gran contribuyente al dióxido de carbono emitido por estos procesos.
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